Da igual que seas el dueño único o que participes junto a otros en la propiedad de una cuadra de carreras. Para un aficionado, ser propietario es la experiencia más divertida que existe de disfrutar de las carreras de caballos.
Tener un caballo de carreras es una aventura de ocio continuado en la que el día en el que compite tu caballo, siendo importante, solo es uno entre los muchísimos momentos de diversión. Los entrenamientos, las visitas a la cuadra, las reuniones con el entrenador, la elección del programa y de las carreras, las matrículas o las celebraciones tras las actuaciones, son algunos de los momentos de intensidad emocional con los que los propietarios disfrutan gran parte de su tiempo de ocio.
Desde luego, ser propietario tiene que ver con convertirse en protagonista de un deporte, pero en lo que en realidad consiste es en dejarse apasionar y, como todas las pasiones, la de involucrarse en una cuadra, se disfruta más si se comparte. Con familiares, con amigos y, sobre todo, con copropietarios en una cuadra multipropiedad.